Cáliz de las Vocaciones

¡Estás invitado a llevarte el Cáliz de las Vocaciones a casa!

El propósito del Cáliz de Vocaciones es animar a las familias a orar y promover las vocaciones al Sacerdocio y a la Vida Religiosa.

 

El Cáliz es un recordatorio tangible de esta intención especial para la Iglesia. El Concilio Vaticano II destaca la responsabilidad de los laicos de orar por las vocaciones y apoyarlas. Este llamado urgente ha sido firmemente reafirmado en los escritos y discursos tanto del Papa Juan Pablo II como del Papa Benedicto XVI.

 

Orar por las vocaciones es la manera más poderosa de apoyarlas. Una vocación es un llamado del Espíritu Santo, un don de Dios que se nutre en la oración. Cuando oramos por las vocaciones, elevamos a nuestro Padre a aquellos hombres y mujeres a quienes Él llama a seguirlo de una manera muy especial.

¿Cómo funciona esto?

Cada semana, durante la misa, se invita a una familia asignada (inscríbase aquí) a recoger las ofrendas en el ofertorio. Al final de la misa, el sacerdote llama a la familia a pasar al frente para recibir el Cáliz de las Vocaciones y una bendición. (Dentro de la caja artesanal se encuentran el cáliz, la patena, una tarjeta plastificada de los seminaristas con su dirección para enviar una nota de aliento y una estampa con oración). La familia se lleva el cáliz a casa y lo coloca en un lugar de honor.

 

Cada día de una semana, durante el tiempo de oración (por la mañana, al acostarse o en las comidas), oren por el aumento y la perseverancia de las vocaciones. El viernes siguiente, por favor, devuelvan el cáliz a la oficina parroquial antes de las 4:00 p. m. para que otra familia lo lleve a casa.

 

¡Gracias por tomarse el tiempo para orar por las vocaciones y escuchar el “llamado” en su propia familia!

¡Inscribirse!